Verdi RIGOLETTO

Luis Cansino, Olena Sloia, Fabián Lara, Cristian Díaz, Sandra Ferrández, Manuel Mas, Pedro Martínez Tapia, Marina Penas, Pablo Carballido, Gabriel Alonso, Anais Fernández. Dirección: Diego García. Dirección de escena: Ignacio García. Teatro Afundación, 5 de noviembre de 2017.

Destacó en esta función de Rigoletto la actuación de la Orquesta Sinfónica Vigo 430 (OSV430): los últimos años el conjunto vigués ha ido adquiriendo el necesario oficio en el acompañamiento operístico y la perseverancia de su directiva en este ámbito permiten afirmar que, en estos momentos, Vigo cuenta con una gran formación para el foso operístico. Su sonido fue redondo, compacto y de gran calidad. Por su parte, la estimable actuación del Coro de Cámara Rías Baixas sorprendió a todos con una interpretación homogénea, equilibrio de voces y prestancia escénica, logros conseguidos por su director Bruno Díaz y, particularmente, por el regista Ignacio García, que supo mover a todos convenientemente entre los intersticios de unos decorados geométricos que recalcaban en su negritud la oscura trama humana de esta obra.

En el plano solista, la joven soprano ucraniana Olena Sloia, aunque comenzó un tanto apagada, fue ganando protagonismo gracias a su naturalidad escénica, agudo fácil e implicación como Gilda. También el barítono madrileño-vigués Luis Cansino estuvo a buena altura interpretativa, confeccionando vocalmente un Rigoletto en el que compensó cierto desequilibrio de color con bajadas al pecho, con un resultado desigual. En el balance positivo de la representación se situó además la mezzosoprano alicantina y Premio ÓPERA ACTUAL Sandra Ferrández, siendo notoria su calidad vocal, sensualidad escénica y la malignidad con la que dotó al personaje de Maddalena. Es justo mencionar la grata impresión que causó el bajo colombiano Cristian Díaz como Sparafucile, impactando con una voz de buena factura, así como el Marullo del barítono Pedro Martínez Tapia que, en esta ocasión, sí ofreció una adecuada proyección sonora. Por supuesto, no hay que olvidar la labor de Diego García Rodríguez a la batuta, dirigiendo con precisión, aunque dibujando un relato discursivo un tanto alejado de la esencia melódica verdiana. El mejor momento de la noche llegó con el cuarteto de protagonistas del tercer acto, “Bella figlia dell’amore”, dejando profunda emoción en la sala.

El único pero fue para la prestación del tenor mexicano Fabián Lara, que sustituyó al inicialmente anunciado Vicent Romero, pues no convenció ni actoralmente como Duque de Mantua por su parquedad, ni por su emisión un tanto imprecisa, especialmente en los dúos con Gilda; el cantante mostró un registro medio anodino, lo que fue una pena dada su manifiesta soltura en los agudos. Tampoco convencieron el Monterone del barítono Manuel Mas, así como el resto de comprimarios, ante un abarrotado teatro en una representación que fue de menos a más, para concluir a plena satisfacción general y con una larga ovación para esta propuesta ideada por Producciones Telón para los Amigos de la Ópera de Vigo y el Teatro Cervantes de Málaga.  * Carmelo ARRIBAS

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